LAS 8 COSAS QUE BILLIE EILISH NOS ENSEÑA SOBRE PORNOGRAFÍA
Hace unas semanas la famosa cantante Billie Eilish, de apenas 20 años y ganadora de siete premios Grammy, nos compartió en una entrevista para la radio digital Sirius XM su experiencia con la pornografía y creo que vale mucho la pena que nos detengamos a analizarla.
La nueva canción de la artista fue el motivo que arrancó la respuesta de la joven, quien se sinceró para hablar de forma sencilla y directa sobre su experiencia.
Muchas webs se han hecho eco de algunas de las frases de la entrevista, pero honestamente creo que vale la pena recoger completamente sus declaraciones. Si os manejáis bien en inglés más abajo os dejo un enlace para que podáis acceder vosotros mismos y escucharlo. Billie nos compartió lo siguiente:
“Como mujer, creo que el porno es una desgracia. Y yo solía ver mucho porno para ser honesta. Empecé a ver pornografía cuando tenía 11 años. No entendía por qué era algo malo, pensé que era la forma en la que se aprendía a tener sexo. […] Mi madre me preguntó ¿Ves pornografía? Y le dije… Sí. ¿Y por qué? Me preguntó y le dije… ¿Cómo se supone que voy a aprender sobre sexo sino? Ella estaba horrorizada por eso, lógicamente. Yo solía ser el tipo de persona que hablaba sobre porno en plan… No entiendo a quien habla mal del porno, es tan guay, es genial… Veía porno abusivo. Creía que era genial. Y creo que realmente destruyó mi cerebro. Y me sentía increíblemente devastada por haber sido expuesta a tanto porno. Creo que he tenido parálisis del sueño, terror nocturno por causa de eso. Creo que empezaron porque estaba viendo videos de abusos. Eso es lo que pensaba que era atractivo. Llegué a un punto en el que no podía ver nada a menos que fuera violento, no lo consideraba atractivo. Y yo era virgen, nunca había hecho nada. Y me generó problemas, ya sabes, las primeras veces que tuve sexo. No dije que no a cosas que no eran buenas porque se suponía que debían ser las cosas hacia las cuales me debería de sentir atraída también. Estoy tan enfadada porque el porno sea tan querido y tan enfadada conmigo misma por pensar que estaba bien. La forma en la que las vaginas aparecen en la pornografía es una jodida locura. Las vaginas no se ven así, los cuerpos de las mujeres no se ven así. Nosotras no llegamos al placer así. Nosotras no disfrutamos de las cosas que aparece que se supone que deberíamos disfrutar. Y es como tanta gente supone que debe aprender. Hay tantos hombres pensando que eso es lo que debería ser. Hay un gran problema con el consentimiento, y no con el consentimiento de tener sexo sino de las cosas que se pueden hacer durante el sexo. Y sí, no resulta súper cachondo cuando alguien pregunta ¿puedo hacer esto? Pero es realmente importante.”
Me parece increíble como Billie toca tantos puntos de los que implica el consumo de pornografía. Aquí ya hemos mencionado todos ellos, podéis ver el vídeo que dediqué al respecto pero vale la pena detenerse a analizarlo desde una experiencia real. Os comparto a continuación 8 ideas analizadas que la cantante nos ha transmitido a todos.
1. La edad media de consumo son los 11 años
La cantante afirma que su inicio comenzó con 11 años y esto no debe ser para sorprenderse pues los estudios muestran que esa es la edad media de inicio del consumo[1]. Y si analizamos más nos encontramos con que la edad de inicio se sitúa en los 8 años.
2. Necesitamos hablar de pornografía en la familia
Me encanta que Billie afirme que ella habló con su madre del tema y esta se horrorizó porque su hija le dijo que aprendía de sexo viendo pornografía. Quizá sin esta conversación la artista seguiría atrapada en la adicción. Es importante entender que la educación afectivo sexual debe ser impartida en casa. Es en casa donde se debe hablar de pornografía, y viendo las estadísticas, es importante que sea antes de los 11 años. Se debe alertar de este contenido, explicar por qué la pornografía no enseña sobre sexo, por qué se debe evitar y qué hacer si nos topamos con ella en Internet o un amigo nos la enseña. Si eres padre, o tú tienes esta conversación con tus hijos o nadie la tendrá, y suponiendo que alguien la tuviese, no tiene ni la mitad de efecto que si eres tú quien lo habla. Si ellos no sacan el tema, sácalo tú.
3. Nos venden una falsa idea de empoderamiento
Billie nos comparte como a ella le parecía algo guay y defendía el consumo de pornografía. La pornografía actual está haciendo la misma jugada de marketing que en su momento realizó la American Tobacco Company de la mano de Edward Bernays, sobrino de Freud con una capacidad asombrosa de manipular a las masas. La Compañía americana de tabaco le pidió a Bernays que provocase que las mujeres fumasen, así que recuperó la idea freudiana de que las mujeres estamos frustradas por la carencia de un pene y le añadió que el consumo de tabaco tenía carácter fálico que favorecería el empoderamiento de la mujer. Así, aprovechando un desfile multitudinario en Estados Unidos, un grupo de mujeres encabezadas por Ruth Hale decidieron “encender las antorchas de la libertad” para romper los roles. Cualquier persona puede intuir que el consumo de tabaco no ha favorecido en nada la posición de la mujer en la sociedad, pero sí ha inflado mucho las ganancias de las compañías tabacaleras.
Así que, si las mujeres no ven pornografía al mismo nivel que los hombres y como empresa queremos aumentar su consumo, digamos que es feminista y todas aquellas mujeres que quieran ser también feministas, sentirse empoderadas y al mismo tiempo no tengan idea de qué implica la pornografía comenzarán a consumirla. Y quizá, como le pasó a nuestra cantante, cuando estas sean conscientes de las consecuencias de su consumo el porno se habrá cobrado un buen precio de ellas.
4. El porno afecta al cerebro
No me voy a detener en este punto porque son muchos los palos que se podrían tocar y alargaría en exceso esta entrada. Con todo, la pornografía produce cambios reales en el cerebro y no es descabellado que Billie Eilish lo asocie con sus problemas de sueño. Brevemente, podemos señalar algunos efectos. Las neuronas espejo absorben el contenido que visualizamos y provocan la normalización (como veremos más adelante) de los actos sexuales abusivos o no realistas que se ven en la pornografía. El núcleo accumbens, encargado de la motivación, señalará como una brújula el consumo de pornografía como forma de gestión emocional o gratificación, la necesidad de dopamina del cerebro será mayor y podrá darse una adicción. Además, las alteraciones en la transmisión de dopamina pueden facilitara la depresión y la ansiedad. Se produce una disminución de la autoestima y también pueden desencadenarse disfunciones sexuales. Además, estudios como el del Centro de Psicología del Ciclo Vital de Berlín del 2014 afirman también que el consumo de pornografía afecta directamente al volumen de materia gris del cerebro (la responsable de albergar el tejido neuronal relacionado con la inteligencia) produciendo una disminución de esta y, por lo tanto, pudiendo afectar a funciones como la memoria o el aprendizaje. También parte de la corteza prefrontal puede ver reducida su actividad, la cual es encargada de la función ejecutiva que comprende la fuerza de voluntad, el control de impulsos y la moralidad.
5. El 88% del material pornográfico incluye violencia hacia la mujer
No es de extrañar que este fuese el tipo de contenido que consumía la cantante, cuando casi un 90% del contenido que existe es de este calado (Bridges & Wosnitzer). No está lejos la polémica de la plataforma Pornhub, que por muchos es sabido que llevaba años albergando vídeos de violaciones y abusos reales, así como material no consentido o de contenido infantil. Pues bien, The New York Times se hizo eco de este problema en un artículo titulado ‘The Children of Pornhub’. Tras su publicación, muchos se alarmaron y pidieron la retirada de ese contenido, sin demasiado éxito, pues la plataforma afirmaba que era imposible filtrarlo y que ya había personas destinadas a tal fin que estaban haciendo ese trabajo. Todo hasta que las empresas de Visa y Mastercard realizaron su propia investigación, afirmando que si encontraban contenido como el referido en el artículo dejarían de permitir los pagos en la plataforma. Visa no tardó confirmar el contenido ilegal e impedir los pagos y Mastercard también los bloqueó aunque seguía con la investigación. Ante este panorama Pornhub decidió dar de baja todos los videos de abusos reales, pornografía infantil, etc. De esta forma, su plataforma pasó de albergar 13 millones de vídeos a apenas 3 millones.
6. La adicción te lleva a necesitar consumir contenido cada vez más violento o grotesco
Hay una frase de la artista que es tremenda, y es que dice que sólo el contenido abusivo le resultaba atractivo. Para una persona que no entienda el proceso de adicción le puede resultar extraño, pero esto no es nada raro. Cuando consumes pornografía esta provoca unos niveles muy altos de dopamina, que activan el área de recompensa del cerebro y que te dan una sensación de gratificación. Sucede que con el tiempo se desarrolla una tolerancia al contenido, y para volver a experimentar esas dosis de dopamina y la gratificación debes consumir un contenido más agresivo, violento o grotesco. Por eso, el porno considerado “suave” ya no satisface y cada vez se va viendo un contenido más violento.
7. Tiene consecuencias reales negativas a la hora de practicar sexo
Como ya hemos afirmado, las neuronas espejo del cerebro (que son las encargadas del aprendizaje por imitación) nunca dejan de trabajar. Si expones a tu cerebro a contenido pornográfico estas no tienen la capacidad de decir “ah bueno, esto no es real, no lo aprendo”. Al igual que si ves a alguien bostezar no piensan “realmente no tenemos sueño, no voy a provocarle el bostezo”. Estas neuronas son las responsables de que aprendas y reproduzcas aquello que ves, ya sea la forma de hablar de un amigo o una forma de ser de un personaje de una serie. Por eso, al no ser la pornografía sexo real ni bueno, todo aquello que “aprendas” sobre sexo no será real ni positivo. De hecho, muchas veces su consumo desencadena en disfunciones sexuales. Cuanto más preocupante es que una generación de chavales se inicie en el sexo después de haber consumido horas y horas de este contenido. Las prácticas que van a querer realizar, o más bien, que piensan que deben realizar porque es lo que gusta, van a estar lejos de lo que puede implicar una relación satisfactoria.
El buen sexo implica a dos personas, que se quieren y comprometidas, con una alta conexión emocional y vital. Es expresión de un amor y un compromiso enorme. Implica diálogo, conocerse el uno al otro, libertad, seguridad, confianza máxima, aceptación… Lejos todo esto de lo que aparece en la pornografía.
A colación de esto, es muy interesante la observación que hace el entrevistador, unos años mayor. Este afirma que él no sabía nada de sexo cuando tuvo su primera relación sexual, no había pornografía y lo más parecido a ver sexo era ver National Geographic. Él afirma que la primera vez no tenía ni idea de lo que tenía que hacer… y esto estaba bien.
Pienso que sí es bueno ir con unas nociones a la primera relación sexual, a mi me encantó por ejemplo el libro de “Un momento inolvidable: Juntos por primera vez” del psicólogo Jokin de Irala. Sin embargo, también creo que hay una gran belleza en la progresión y la inexperiencia cuando esta tiene lugar en la relación de confianza anteriormente descrita.
8. Afecta a la autoestima y a la visión del propio cuerpo
Otra percepción muy acertada de la cantante es la de que la apariencia de los cuerpos de esas mujeres no tiene nada que ver con un cuerpo de mujer real. Lo mismo podríamos decir de los cuerpos masculinos. El consumo de pornografía provoca una visión errada de la sexualidad, es decir, de la masculinidad y feminidad. Por eso, la mujer o el hombre que consuma pornografía tendrá una visión alterada de su propia sexualidad, de lo que debería ser su cuerpo y, especialmente, de los genitales. Y todo esto también desencadenará en una muy baja autoestima, en una sensación de inseguridad y en la persecución de unos cánones que ni son reales ni son bellos, sino que han sido simplemente hechos para despertar una mayor respuesta cerebral y liberación de dopamina por la amplificación de los órganos sexuales.
Estas son las 8 cosas que Billie Eilish nos enseña sobre pornografía y yo, personalmente, le agradezco mucho su testimonio, el cual se suma a otros dados por famosos como Hugh Grant, Kanye West o Terry Crews quienes también compartieron su experiencia directa de lucha con la adicción a la pornografía.
[1] Conner, Allison. “Porn habit-indulgence or addiction”, Psicology Today, 13 abril 2014.