Adiós al 2020… ¿o no?

Con el comienzo de enero y del 2021 retomamos de nuevo el blog con fuerza y quería hacerlo con una reflexión para este año que empieza acompañada de un plan de fortalecimiento personal que sé que va ayudarte.

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Me da la sensación de que fue algo generalizado el que todos iniciamos 2020 con mucha ilusión. Por algo tan sencillo como lo armonioso que se veía escrito el año, mucho pensamos que este sería nuestro año. El año en el que iniciaríamos proyectos nuevos, viajaríamos un montón, seríamos más como aquella persona que soñamos ser… Y un año después nos encontramos sin poder abrazar ni besar, sin poder quedar libremente con familia y amigos; nos vemos limitados en lo más básico y valioso en nuestra vida. ¿Te imaginabas estar echando de menos tomar un café con un amigo o viendo a tus padres? Yo desde luego no. Es por esto que las felicitaciones de año que más se repetía era algo del estilo de “que le den al 2020” (acompañado de unos memes muy buenos, todo hay que decirlo).

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De forma generalizada se manifestaba el descontento por este año que pasó y el deseo de que por fin se terminase. Sin embargo, hay un pequeño grupo de personas (o no tan pequeño) para los cuales este año ha sido el mejor año de sus vidas. He de decir que yo me incluyo en este grupo. Gracias a Dios no hemos tenido que experimentar la pérdida de ningún ser querido y, los que han tenido que pasar la enfermedad lo han hecho de la mejor forma posible. Hay personas en este año que se han casado; que han encontrado el trabajo de sus sueños por el que tanto se esforzaron; que se han convertido en padres, abuelos o hermanos; que han tomado decisiones importantes y están dedicando este tiempo a hacer cosas significativas.

Comienza el 2021 y tu tienes que hacerte una pregunta ¿quiero que este sea el mejor año de mi vida?

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No pretendo con esto ser insensible ante la realidad de la enfermedad y la muerte, sin embargo, la mayoría de españoles no han estado enfermos de COVID ni han sufrido la pérdida de un ser querido, la mayoría sólo hemos perdido ese estilo de vida al que estábamos acostumbrados y que pensamos que nadie podría quitarnos.

Siendo sensatos, pensar que el 2021 va a ser mejor que el 2020 me parece una quimera. Ojalá sea así y ganemos la batalla al virus, pero discrepando con aquellos que nos intentan vender que en pocos meses estaremos todos sanos, creo que esta lucha no va a ser fácil y esta situación se va a quedar más tiempo de lo que esperamos. Por eso, te invito a que no esperes que que 2021 sea mejor, haz que lo sea. Tú no puedes controlar las circunstancias de tu alrededor, a un virus, el clima, las decisiones de otras personas y miles de factores más; pero sí puedes decidir cómo vas a actuar en cada situación.

Aunque suene a locura, la diferencia entre las personas que han vivido este año como el mejor de sus vidas o el peor no se debe a circunstancias externas: ha sido un tema de actitud. He conocido en este tiempo personas que han perdido el trabajo y han aprovechado esta situación para emprender aquel proyecto con el que siempre soñaron, que sin miedo se han enfrentado a nuevos retos y han tomado decisiones que van a condicionar su vida entera. No se han parado a ver qué sucedía o se han estado quejando de las circunstancias, han cogido las riendas de su vida, sabiendo que son los protagonistas de su historia, y han jugado con las cartas que les han tocado.

No esperes a que te toquen mejores cartas, es el momento de que juegues con las que tienes y apuestes por ti.

¿No te ves capaz o no sabes por donde empezar? Pues aquí te dejo un PLAN DE FORTALECIMIENTO PERSONAL extraído del libro “Más allá de tus heridas: Acompañamiento y Sanación” de Xosé Manuel Domínguez Prieto (Ediciones KHAF).

Has de saber que para que este plan surta el efecto deseado debes adquirir hábitos diarios con cada propuesta. Además, este plan es integral, es decir, actúa en todas las dimensiones de tu vida. Ve integrando cambios de forma progresiva: escoge uno, intégralo en tu rutina (temporalízalo y evalúa semanalmente cómo va) y una vez que lo hayas desarrollado como hábito ve a por otro más. No te apures y no asumas más de lo que puedes, sé realista. Aquí van las propuestas:

GESTIÓN DEL TIEMPO

  • Organiza en una agenda las diversas actividades para poder distribuir bien el tiempo. Poner primero las actividades importantes y urgentes. Las importantes y no urgentes pueden meterse en la agenda más adelante. Las urgentes y no importantes se pueden derivar o delegar. Las que no son ni importantes ni urgentes se pueden eliminar.

  • Practicar el decir “no” y el decir “basta” cuando la agenda esté muy llena.

  • No llenar la agenda más allá de lo que se puede. No ir más allá de nuestras fuerzas y tiempo.

  • Asumir que no podemos siempre con todo lo que preveíamos.

  • Evitar el estrés por falta de tiempo aprendiendo a poner un límite a la hora en que se contestan mensajes, whatsapps, llamadas, etc.

GESTIÓN CORPORAL

  • Ejercicios de relajación. Entrenamiento autógeno de Schultz, respiración abdominal, relajación progresiva de Jacobson…

  • Slowlife. Actuar lentamente, sin prisas. Trabajar sin prisas, hacer la compra sin prisas, comer sin prisas… Ir con tiempo, disfrutar cada actividad, aunque se hagan menos.

  • Awareness. Darse tiempo para poder tomar conciencia de las sensaciones corporales de cansasncio y dolor, pues son los indicativos de que debo descansar. El mejor descanso es el sueño.

  • Conectarse con las propias sensaciones corporales: sabores, olores, colores, texturas.

  • Realizar actividades lúdicas y absorbentes. Realizar ejercicio físico a diario. A ser posible, caminar algunos días al mes por campo o playa.

  • Abrazos y caricias. El contacto físico con personas cercanas y queridas resulta esencial.

GESTIÓN EMOCIONAL

  • Desarrollar el hábito del humor. Relativizar los problemas. Aprender a reír. Ver el lado gracioso de cada situación. Ver programas de humor.

  • Poner a distancia las preocupaciones, escribiéndolas en una agenda si es que hay que ocuparse de algo más adelante.

  • Distraerse. Realizar actividades gozosas y, a ser posible, absorbentes, que impidan rumiar lo que “va mal”.

  • Ocuparse de cuidar a otras personas

  • Contarse la propia vida y los hechos en clave positiva y divertida.

  • Cortar con la ansiedad y el estrés. Tomar conciencia del nivel de ansiedad y procurar mantenerlo bajo, mediante el deporte y los ejercicios de relajación.

  • Introducir pequeñas novedades cada día.

GESTIÓN DIGITAL

  • Desconectarse digitalmente para descansar. Apagar el televisor, móvil, tablet y ordenador. No estar siempre disponible.

  • Desconexión con noticias. De vez en cuando, realizar un paseo, un viaje, sin seguir la actualidad.

GESTIÓN ESPIRITUAL

  • Hacer silencio

  • Hacer meditación

  • Hacer oración

  • Lectura de libros de espiritualidad

  • Escuchar, estar en presencia y tener conversaciones con maestros de espiritualidad.

  • Dedicar tiempo a la relación con otras personas. Abrazar, sonreír, preocuparse por ellas.


¿Se te ocurre algo más? ¿Quieres compartir tus propios propósitos de fortalecimiento personal? Déjalo en los comentarios. También si esto os interesa o queréis más contenido relacionado.

¡Un abrazo y a hacer del 2021 nuestro mejor año!

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