Querido adolescente… date tiempo.


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Hoy me has preguntado por qué no tener novio con tus 13 años, que qué hay de malo en ello. Entiendo perfectamente tu pregunta. Por un lado, la sociedad en la que te ha tocado crecer nos empuja a vivir en superficialidad y narcisismo, por lo que las buenas amistades escasean. Por otro, nos presentan el tener “pareja” como la salvación a nuestra vida y nos hacen creer que ese vacío interior que experimentas se llenará cuando empieces a salir con alguien.

El tema es que para que una relación de amor de ese estilo sea de verdad satisfactoria, es decir, que favorezca la felicidad de la persona, necesita de muchos requisitos. Para que me entiendas, te estás enfrentando al final boss del juego partiendo del tutorial. Y mi experiencia me dice que eso nunca sale bien. Sí te gustará al principio, durante el enamoramiento, pero este siempre termina. Cuando se está preparado el enamoramiento deja paso a un amor maduro que es más valioso que antes porque se fundamenta en la voluntad y no en la apetencia. Con vuestra edad la ausencia del enamoramiento se combina con una personalidad no construida, baja autoestima, muchas hormonas, no saber qué queréis, quiénes sois y a qué estáis llamados (entre muchas otras cosas), y da como resultado dos corazones rotos. Los cuales, como tampoco tenéis recursos para saber cómo sanar heridas (y los adultos por lo general no toman en serio vuestros corazones) acabáis intentando taparlas con otra persona que os haga compañía. Y este ciclo se repite una y otra vez, yendo de corazón roto en corazón roto en un proceso que para algunos no termina nunca.

Yo no te quiero ver aquí. Te quiero ver feliz. Quiero ver cómo te equivocas y experimentas el fracaso con temas que puedes gestionar. Quiero que descubras tus dones enfrentándote a retos a tu mediad. Quiero que construyas relaciones de amistad que puedan durar toda la vida. Que aprendas a pedir perdón y a perdonar. Que grabes en tu corazón esos ataques de risa con tus amigas hasta que te duele el estómago y esos momentos absolutamente vergonzosos y absurdos que te sacarán una sonrisa en unos años. Quiero que acumules noches de pijama, tardes de videojuegos, días de estudio con amigos… Y más tarde que viajes, que hagas voluntariado, que descubras quién eres y a qué estás llamado a través de hacer cosas por los demás, que emprendas proyectos únicos, que consolides relaciones, que cuides de tu familia, que te comprometas con algo que descubras como más grande que tú mismo. Y algún día, cuando puedas responder a las preguntas de quién eres, cuánto vales y para que existes, quiero ver cómo tu corazón experimenta ese amor tan grande que sólo se puede vivir bien cuando has vivido antes todo lo anterior.

Y sí, sé que te sientes preparada, que estos 13 años de vida sin novio se te han hecho eternos, que ese chico de verdad te gusta… Pero necesito que entiendas que esto no se trata de postergar una experiencia buena, se trata precisamente de posibilitarla. Y recuerda que los dragones siempre esconden un tesoro, darte tiempo puede ser para ti ahora como enfrentarte a un dragón pero este tiene un tesoro muy valioso esperándote.  

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