CRECER EN AUTOESTIMA
No sé qué piensas tú, pero a mí me da la sensación de que palabras que antes eran más del mundo de la psicología ahora están en boca de todos (pensamiento positivo, emociones, autoestima, relaciones tóxicas...). Sin embargo, aunque el uso de las palabras se generalice seguimos teniendo serios problemas afectivos. Hoy, en esta entrada, me gustaría atajar el que creo que es el peor: La falta de autoestima.
Cuando hablamos de autoestima hacemos referencia al aprecio o consideración que nos tenemos a nosotros mismos. Pero vamos a concretar para entendernos, ¿qué es tener buena autoestima?
Tener una buena autoestima es verse a uno mismo con buenos ojos, tener seguridad en quien uno es, es permitirse equivocarse y saber reírse de uno mismo. La persona con buena autoestima no critica a los demás porque tampoco se juzga con dureza a uno mismo. No está pendiente de lo que los demás piensan porque él porque sabe quién es y los comentarios negativos no tambalean su existencia.
La buena autoestima no es ser orgulloso, es saber que uno mismo es único y es muy bueno que exista. Es aceptarse viendo lo bueno como un don y lo malo como un reto al que enfrentarse. La persona que se aprecia a sí mismas también se esfuerza por ser su mejor versión pero cuando se equivoca o se enfrenta a realidades de su vida más oscuras no se martiriza, porque entiende que es humano.
¿Cómo sé si tengo buena autoestima?
Si te has sentido descrito en lo anterior enhorabuena, perteneces a un pequeño porcentaje de la población que entiende su valor y quién es.
Y si eres del otro porcentaje, no te preocupes porque a amar se aprende y puedes aprender a amarte a ti mismo.
Antes de seguir te invito a ver el vídeo que pongo a continuación. Porque trabajar tu autoestima supone salir de tu zona de confort, enfrentarte a tus miedos y también llegar a ser lo que nunca soñaste. Pero como todo lo bueno en la vida no es instantáneo ni fácil de conseguir, así que ¡Ánimo!
Para empezar te invito a evaluar tu autoestima. Haz el cuestionario y una vez tengas los resultados responde a las preguntas para que puedas identificar mejor tu situación:
AUTOEVALUACIÓN DE LA AUTOESTIMA
Se trata de tomar conciencia del nivel de la propia estima, aceptando la herida que muestre. Califico del 0 (nunca, nada) al 4 (siempre, mucho).
Cubre el cuestionario y suma los resultados. Si tienes menos de 15 puntos tu autoestima es buena. Más de 16 necesitas trabajarla y con más de 26 puntos urge que trabajes con ella.
Una vez tengas los resultados delante ve preguntándote lo siguiente (si te ayuda yo te recomiendo que uses papel y bolígrafo y lo pongas por escrito:
Primer grupo de preguntas:
¿Qué experimento comprobando estos resultados? ¿Qué siento?
¿Cómo me gustaría sentirme?
¿Qué me sugieren estos sentimientos?
¿Qué podría cambiar? ¿Qué me puedo comprometer a hacer?
¿Qué o quién me puede ayudar?
Segundo grupo de preguntas:
¿Qué voces han alimentado mi baja autoestima, mis etiquetas, mis complejos? ¿Familia, amigos, escuela, grupo…?
¿Qué me decían? ¿Cuándo me lo decían? ¿Qué sentía? ¿Cómo se relacionaba esto con mis heridas, mis miedos o mis carencias?
¿Qué frases negativas me digo a mí mismo? ¿Cuándo me las digo? ¿Qué siento?
¿Qué he descubierto?
¿Qué podría cambiar?
Independientemente del resultado tengo una buena noticia para ti: El amor propio se ejercita. Igual que fortalecemos nuestros músculos en el gimnasio o nuestro cerebro con el estudio nuestros afectos también se pueden trabajar. Puedes ejercitar tu capacidad de amarte a ti mismo y también la forma en la que te miras. No tienes que hacer todos los ejercicios de golpe pero aprovecha el tiempo de cuarentena para hacer uno por día o cada dos días si puedes. No dejes que pase una semana sin hacerlos. Si alguno te gusta especialmente puedes repetirlo las veces que quieras. Te propongo que estés en un sitio cómodo de la casa, puedes poner música tranquila de fondo si quieres. Procura que el espacio que utilices esté lo más ordenado posible y ten a mano todo lo que puedas necesitar (papel, lápices, colores...). Evita también las distracciones, es decir, pon el móvil en silencio y aléjalo de tu vista.
QUIÉN SOY
Antes de enfrentarte a la cuestión de cuanto me quiero tienes que enfrentarte a la pregunta de quién soy yo. Para poder acogerte debes conocerte y reconocerte. Te invito a que veas el siguiente vídeo y después escribas en una carta quién eres. Cuenta tu historia, tus heridas, lo que más te ha marcado, los logros que has experimentado, las cosas que más te gustan o apasionan. Sé muy libre, déjate llevar y hazlo para ti. A mayores puedes plasmar quién tú eres en un dibujo, componer una canción, un rap, un poema... Lo que quieras. Pero lo importante es que te enfrentes a la pregunta de "quién soy yo" con un folio en blanco y un bolígrafo.
Aquí te dejo la canción:
SOY AMADO
Esto es lo primero que tienes que descubrir, que eres amado. Amamos porque hemos sido amados primero. Cuando sabes que eres amado todo cambia porque sabes que eres digno de amor. Por eso, para mejorar tu autoestima debes descubrir y sorprenderte ante el amor tan grande que tienen por ti las personas que te rodean.
Te invitaría a escribir en un papel el nombre de las cinco personas que más te quieren (puedes incluir a Dios). Una vez que las has seleccionado ve repasando con cada una en qué notas que te quiere, qué han hecho por ti y que cosas buenas dice de ti. En este punto te animaría a ir más allá... Pregúntaselo. Pídele a cada uno que te diga las tres cosas que más aprecian de ti y por qué están agradecidos de que existas. A veces las personas que más nos quieren no lo han verbalizado y por eso podemos pensar que no nos aprecian, pero si te atreves a preguntárselo te sorprenderás. Puede que te parezca complicado o te de vergüenza preguntárselo pero lo cierto es que cualquier camino para crecer como persona se tiene que hacer con otros. Para hacer esta parte más fácil te propongo el ejercicio que está a continuación.
EL TRONO DE LAS BENDICIONES
Esa dinámica es preciosa y está pensada para realizarse en grupo. Propónsela a tu familia para hacer juntos o a tu grupo de amigos o de la parroquia.
En donde estés deberá hacer una silla que será el trono (si queréis podéis decorarla como tal). Uno a uno os deberéis ir sentando en ella hasta que todos paséis por ella. Cuando uno esté sentado los demás deberán decir todo aquello que les gusta de esa persona. No hay tiempo mínimo ni máximo. Podéis responder a preguntas concretas ¿Qué es lo que más te gusta de esa persona? ¿Por qué razón agradeces que exista? ¿Qué es lo que más admiras de ella?... Este ejercicio es de los más bonitos que hay y muy práctico porque nos enseña a las tres cosas que más nos cuestan:
Decir las cosas buenas que vemos en los demás
Escuchar las cosas buenas que otros ven en nosotros
Creernos lo que nos dicen
LOS TESOROS DE MI VIDA
(Duración: una semana)
Tu vida es un tesoro y, si no lo ves, es algo que tienes que descubrir. Eres único. No ha existido jamás nadie como tú. Tienes unos dones asombrosos. No eres ninguna casualidad, has sido pensado desde el principio y tu vida es un verdadero milagro.
Te invito a que busques una caja en tu cuarto (y si eres algo creativo a que la prepares como si fuera un cofre). Entonces, en un papel o cartulina empezarás a crear las monedas de ese tesoro que es tu vida (tu familia, los amigos que tienen, tu trabajo, tu forma de ser, tu capacidad intelectual, tu fe, tu fuerza, la determinación que tienes, tu sensibilidad...). Escribe todo lo que se te ocurra. Puedes empezar con las cosas buenas que hay en tu vida pero poco a poco tendrás que adentrarte en las cosas buenas que hay en ti. Tienes que escribir todos los dones que tienes, las características que te hacen único. Desde tocar la guitarra a tener constancia o empatía. Una vez que no se te ocurran más puedes ayudarte de un cuadro de virtudes que te dejo a continuación para que lo puedas ampliar.
Una vez que hayas terminado deja el cofre cerca de donde vayas a dormir junto con material para escribir. Antes de acostarte deberás repasar tu día y encontrar tres nuevos tesoros que todavía no hayas puesto pero hayas experimentado. Esto te ayudará a ejercitar tu capacidad de percibir lo bueno y de ser agradecido. Una profesora de coaching me contó que hizo un ejercicio parecido a este con un hombre con quien trabajaba que era ciego. Después de proponérselo se arrepintió un poco pensando que a alguien ciego le costaría hacer más este ejercicio. Su sorpresa fue que a la semana siguiente llegó un una lista enorme entre las que estaba "tener sábanas limpias en las que poder dormir" o "tener agua cuando abro el grifo". Espero que este ejercicio a ti te ayude a apreciar esos tesoros que por ahora son invisibles a tus ojos.
DONDE ESTÁ TU MAYOR HERIDA ESTÁ TU MAYOR PERLA
Para crecer en autoestima es importante aprender transformar nuestras heridas en perlas. Muchas personas han sufrido acoso en la escuela y han escuchado burlas de ellos desde niños. Otros han tenido padres que no paraban de etiquetarlos o han sufrido experiencias mucho más dolorosas de abuso o maltrato. Esta falta de amor genera mucho sufrimiento y ante él tenemos dos alternativas: sanarlo o vivir desde la herida. Aquellas personas que viven desde su herida se impiden ser ellos mismos en plenitud. Los miedos, las inseguridades, el qué dirán los atrapa y les impide ser ellos mismos en plenitud. Por eso es importante que cojas todas esas heridas y las transformes en perlas. Te dejo un vídeo que lo explica muy bien y además te lanzo un reto, te invito a que investigues la vida de Nick Vujicic y extraigas al menos tres aprendizajes de él.
HABLARSE EN POSITIVO
(duración: una semana)
Con este ejercicio vamos a atacar directamente algo que impide de lleno la autoestima: los pensamientos negativos. Es verdad que cuando las heridas se sanan es más fácil dejar de criticar, juzgar o quejarse, pero como también se trata de hábitos y práctica vamos a tomar una medida a la antigua usanza. Durante una semana, tendrás que poner 10cnt en un bote cada vez que:
- Critiques a alguien
- Te critiques a ti mismo
- Te quejes
Hazlo durante una semana y con el dinero que ganes haz algo que no sea para ti (darlo en la iglesia, comprar un regalo a alguien, etc.). Si ves que necesitas ampliar a dos semanas o un mes siéntete muy libre. Lo importante es que pierdas la costumbre de pensar y hablar mal. Recuerda que de lo que rebosa el corazón habla la boca, así que busquemos que nuestro corazón esté lleno de amor y controlemos nuestra lengua para ayudar a nuestro corazón.
ACEPTAR MIS ERRORES
Errar es humano, y tú eres humano. El mayor proyecto que tenemos los seres humanos es construirnos a nosotros mismos y donde más aprendemos es equivocándonos. Tienes que permitirte fallar, reconocer tu error (sin buscar otros culpables) y pedir las disculpas apropiadas. Pero sobretodo ten en cuenta que tú no eres la suma de tus errores, como tampoco eres la suma de tus éxitos. Tu valor es infinito hagas lo que hagas y seas como seas. Esfuérzate por manifestar al mundo ese valor infinito que tienes y en ser tu mejor versión pero no te valores como la suma de tus éxitos o fracasos.
Te invito a que escribas cuáles han sido tus tres mayores errores, qué has aprendido de ellos y qué éxitos has logrado después de haber hecho ese aprendizaje.
¿Qué debo evitar?
Además de estos ejercicios te comparto ladrones de autoestima que es bueno que conozcas para que los evites:
1. Compararse con los demás
Es muy bueno ver y reconocer la maravilla de los otros, pero ante ella debemos responder con admiración y agradecimiento no con envidia. Es muy importante que no te compartes con otras personas (igual que tú no debes comparar a otros con nadie). Si te comparas con alguien que sea contigo mismo. Cada persona es única, tiene unos dones únicos y debemos de estar agradecidos por ellos. Si buscamos ser como otros perderemos el ser nosotros mismos y el mundo también sufrirá esta pérdida.
Te dejo aquí un vídeo para que lo entiendas mejor:
2. Rechazar los cumplidos
Un signo de tener poca autoestima es la incapacidad de recibir y acoger los cumplidos que te hacen. La forma de responder ante ellos es restando importancia a lo que te han dicho o devolviendo el cumplido porque sientes que lo debes. Siempre que te hagan un cumplido acógelo y di gracias. Parece muy sencillo pero si lo hacer averiguarás lo duro que es.
3. Pensar en ti mismo
La humildad no es pensar menos de ti mismo sino pensar menos en ti mismo (C.S. Lewis).
Cuando no dejas de pensar en ti (cómo estoy yo, cómo me siento yo, cómo me ha tratado la vida a mí...) te metes en una espiral de pesimismo y egoísmo que nos roba el propio amor. Debes levantar la mirada de tu ombligo, dejarte afectar por los otros y hacer cosas por ellos. Cuando tu centro ya no eres tú sino que son los otros empiezas a experimentar una gran felicidad. Esto ya lo afirmaron personas como Viktor Frankl en "El hombre en busca de sentido" o Jesús de Nazaret ("El que quiera ganar su vida la perderá pero el que la pierda por mi causa la ganará", Mt 10,39).
Piensa menos en ti, céntrate en servir a los demás y verás cómo creces, o como dijo Martin Luther King: "Todo el mundo puede ser grande porque todo el mundo puede servir".