Los nuevos Pigmaliones


Seguro que a todos os suena la historia de Pigmalión, un personaje que pertenece a  Las metamorfosis de Ovidio. Esta obra fue creada hace más de 2000 años pero el mito que encierra en su libro X parece que nos habla de muchos jóvenes (y no tan jóvenes) de nuestros días.

Por si no conocéis la historia os la resumo:

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Pigmalión, rey de Chipre, dedicó muchísimo tiempo a buscar una mujer con la cual casarse. Esta tenía que tener una condición: debía ser la mujer perfecta. Como es lógico, Pigmalión no encontró a ninguna mujer así y por lo tanto decidió no casarse y dedicar su tiempo a crear esculturas preciosas para compensar la ausencia. Una de estas, Galatea, era tan bella que Pigmalión se enamoró de la estatua. Él la admiraba, le llevaba regalos, la besaba, la tocaba... llegaba a apasionarse tanto que en ocasiones creía herirla. Un día Afrodita dio una fiesta y Pigmalión le pidió a esta que le diera una esposa semejante a su "Virgen de Marfil". Esta lo escuchó y transformó a la estatua de Galatea en real diciendo a Pigmalión: "mereces la felicidad, una felicidad que tú mismo has plasmado. Aquí tienes a la reina que has buscado. Ámala y defiéndela del mal"

¿Por qué esto nos habla de nuestros días?

La semana pasada me topé con el Tráiler de una película japonesas que narraba una historia de amor. Yo no estaba entendiendo de todo el tráiler porque estaba en japonés pero me parecía una historia de amor muy dulce... hasta que al final me di cuenta, escandalizada, de que era la historia de "amor" entre una chica y un robot. ¿Cuál era la moraleja de la película? Que a pesar de que la chica al principio lo rechazara ese robot era lo mejor y acababa llenando su corazón. No sé si será casualidad que esa historia fomentando relaciones entre seres humanos y androides surja después de la robot EMA, diseñada para ser la novia perfecta.

Vale, es Japón, no España, pero mucho nos dice esto del tiempo que vivimos. Tenemos muchísimos jóvenes y adultos soñando con esa persona "perfecta" que llene el vacío de su corazón.

Aquí muchos están enganchados a personajes ficticios, influencers, a la pornografía, o a ensoñaciones donde su perfecto "crush" les hace caso. Porque un ser humano dice que no, se equivoca, nos exige ser mejores... Y esto es insostenible cuando desde niños nos han enseñado que todo es cuando y como yo quiero.

Por otro lado, tenemos a aquellos otros que, como Pigmalión, se ven incapaces de asumir la imperfección del otro, muy probablemente porque tampoco son capaces de asumir la suya.

Porque el otro nos exige salir de nosotros mismos. Amar a otro implica sufrir en ocasiones, enfadarse, descubrir nuestra propia limitación, trabajar duro... Pero también implica ser mejor, ir más allá de lo que nunca soñamos, crecer mucho, descubrir dones personales que desconocíamos.

Os dejo unas claves importantes para que las personas nos atrevamos a amar a un perfecto imperfecto:

1. Asume tu propia imperfección. El ver a los otros y a uno mismo bien o mal no depende tanto de la persona sino de los ojos que miran.

Ejercicio: Haz una lista de todas las cosas buenas que tienes. Desde ese día deberás, cada noche, repasar tu día pensando en lo bueno que has hecho y tienes que ir incorporando palabras a la lista. Así hasta llegar a 50 cosas. (Sí, 50, tienes miles, el problema es que no las ves y por eso necesitas hacer el ejercicio).

2. Deja las pantallas y las ensoñaciones. Las vidas que vemos en Internet no nos cuentan la verdad total. No hay vidas ni personas perfectas. Desde luego se acabó el consumo de pornografía (de esto haré una entrada aparte porque tiene tela) pero si seguir a ciertas personas en Instagram, YouTube, etc. te lleva a compararte a ti o a otros con esa persona... Es hora de que dejes de seguirlos.

3. Sal de casa y enfréntate al mundo. Sólo estando con personas aprendemos a amar y respetar a las personas. Sal con tus amigos, haz voluntariado, ve a cursos que te interesen, apúntate a zumba o pintura, ve a museos, conciertos... ¡Crece! Conoce gente nueva y distinta. Habla mucho con ellos en persona, deja que tus habilidades sociales se desarrollen.

Esto último puede ser difícil para algunos así que me despido dejándoos un vídeo que a mi me encanta: ¡Sal de tu zona de Confort!

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